El día 23 de octubre de 2011 a las 13:41 (hora local) se registró en Turquía un seísmo de magnitud 7,2 grados en la escala Richter. Su hipocentro se ubicó a 20 km tierra adentro y su epicentro fue la localidad de Tabanli, al sudeste de Turquía, zona en la cual las edificaciones son muy pobres y no cumplen las normas sismorresistentes, lo que genera gran destrucción.
El terremoto ha liberado una energía equivalente a la explosión de 300.000 toneladas de dinamita (TNT) y es parecido al de Lorca o Haití porque se ha producido a poca profundidad y cerca de núcleos de población.
Se observaron más de doscientas réplicas de entre 3 y 5,5 grados en muchas áreas más pequeñas y menos pobladas alrededor del epicentro.
El temblor, que fue incluso percibido en Irán, Irak, Georgia y Armenia, demolió centenares de edificios y enterró a cientos de personas bajo los escombros. Ercis y Van han sido las ciudades más afectadas. El mal estado en que quedaron muchos edificios hace imposible que sus inquilinos puedan regresar a sus hogares.El número de víctimas mortales se sitúa alrededor de 600 personas y el de heridos en 1.500.Además, las malas condiciones climatológicas fueron un problema para sacar con vida a las víctimas sepultadas entre los escombros.
Turquía solicitó finalmente ayuda internacional, especialmente para alojar a quienes se han quedado sin hogar.
UN PAÍS DE ALTO RIESGO SÍSMICO
Turquía se encuentra situada en una de las regiones sísmicas más activas del planeta, donde confluyen tres placas: la Placa Arábiga, la Placa Euroasiática y la Placa Africana; y donde también se ubica la Falla de Anatolia. Ha sufrido a lo largo de su historia devastadores terremotos, 14 seísmos desde 1939. El más catastrófico fue el de agosto de 1999, el cual sacudió el noroeste turco (incluida Estambul) y en el que murieron al menos 35.000 personas, 30.000 resultaron heridas y 15,5 millones se vieron afectadas.
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